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Dos notas sobre el uso del silencio, 1963 por Donald Winnicott

I. La importancia del silencio en la terapia analítica

El renombrado psicoanalista Donald Winnicott, en su artículo “Dos notas sobre el uso del silencio” de 1963, revela una reflexión minuciosa sobre su técnica terapéutica en el tratamiento de una paciente. Winnicott recalca la significación de abstenerse de tomar notas durante las sesiones y cómo este silencio clínico puede estructurar la dinámica del tratamiento. La paciente percibió el uso del silencio como una manera de mantener al analista en una posición pasiva, mientras que él consideraba su silencio como un espacio desconcertante, lo que condujo a reverberaciones terapéuticas significativas.

Interferencia de la anotación en el análisis

Al inicio de la terapia, Winnicott consideró tomar apuntes durante las sesiones, pero luego reflejó sobre cómo esto afectaba la dinámica de la relación terapéutica al enfatizar demasiado en la mente consciente de la paciente y distorsionar las reacciones inconscientes o menos conscientes.

El silencio como instrumento terapéutico

Durante una de las etapas del tratamiento, el silencio absoluto fungió como el núcleo de la terapia. Esto permitió a su paciente confrontar diferentes interpretaciones de la dinámica analítica, generando una atmósfera que alternaba entre el logro y la restricción, derivando eventualmente en una reacción completa frente a la aparente pasividad del terapeuta.

II. Las consecuencias del silencio y el manejo del transfondo analítico

En la segunda parte, Winnicott profundiza en las complicaciones que el silencio trae al análisis. Un punto crítico de esta técnica es que se asume que el silencio del analista es indicativo de una completa comprensión de los fenómenos en curso dentro del paciente. A pesar de esto, hay dimensiones como el complejo de Edipo y el concepto de "fatalidad" que imponen matices diferentes a la interpretación de la dinámica entre analista y analizando.

Transferencia delirante y la omnipotencia

Winnicott toca un punto interesante con respecto a la transferencia delirante del paciente y cómo el analista debe manejar situaciones en las que se proyecta una repercusión de la omnipotencia infantil en la mitología o la historia, algo con lo que el paciente aún está lidiando.

Interpretaciones y su momentaneidad

El acto de hablar e interpretar debía considerarse cuidadosamente, y muchas veces, era más productivo que se mantuviera en silencio, proporcionando así un escenario terapéutico que impulsara a la paciente a explorar y proporcionar sus propias interpretaciones de las luchas internas que estaba viviendo.

Conclusión y vínculo con viajes

La práctica de la terapia analítica de Winnicott y su enfoque en el silencio es una exploración de los espacios internos tanto del analista como del analizando, alineada con la necesidad de introspección y privacidad. De manera similar, cuando elegimos destinos para viajar, muchas veces buscamos lugares que nos ofrezcan un respiro y un momento de paz, así como un lugar dónde podamos reflexionar en privado sobre nuestro interior. Tanto la terapia como el acto de viajar nos invitan a considerar el valor de la quietud y la no intervención, elementos que, paralelamente, transitan de lo personal a lo universal.

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